lunes, 1 de marzo de 2010

DOMICILIO CONOCIDO.


Domicilio conocido. Siete intervenciones para sitio específico en Tlatelolco.



Por sus implicaciones políticas, sociales, geográficas e históricas, así como culturales y catastróficas, Tlatelolco es un referente obligado en el imaginario de la Ciudad de México. Zona comercial, de tránsito y culto religioso, cristalización arquitectónica del proyecto moderno pero al mismo tiempo reprimida, devastada y relegada al prejuicio. Nos acercamos a Tlatelolco a través del gran acontecimiento (la mayoría de las veces dramático) obviando el tejido de las relaciones cotidianas y el uso del espacio común de aquellos que estuvieron, están, permanecen o solamente lo transitan.
De este modo ¿cómo asumirnos desde nuestras individualidades en este espacio que no es nuestro pero existe como “domicilio conocido” en el imaginario social? ¿De qué manera comprender e implicarnos en ese tejido? ¿Cómo no imponer, pero proponer una lectura del espacio que dé cuenta de sus habitantes así como de nosotros que pasamos por él?
Domicilio conocido consiste en siete intervenciones proyectadas específicamente para la zona de Tlatelolco que fueron orquestadas por los participantes del Diplomado de Arte en Espacios Públicos organizado por la Universidad Iberoamericana, Fundación/Colección Jumex y el Instituto Mexicano del Seguro Social, ninguno de los cuales habita[1] o vive en la zona. La relación entre los implicados y la zona de Tlatelolco se establece a partir del Teatro Isabela Corona que fungió como sede del diplomado y sitio desde donde se origina esta ruta.
Haciendo uso de ciertas estrategias artísticas, las intervenciones procuran ubicarse y coparticipar de la construcción[2] de uno de los pocos espacios concebidos y planificados para el uso público de la ciudad. Se trata de acercamientos personales ya sea al emplazamiento o a la dinámica del conjunto habitacional tocando, en determinados casos, los referentes contextuales y simbólicos del espacio social. Para algunas piezas se implementaron estrategias de colaboración en los procesos de producción mientras que algunas otras se resolvieron desde el ejercicio e interpretación individual, ya fuera desarticulando o incorporándose a la dinámica natural del espacio con la idea de revitalizar su uso. Si bien los proyectos no se generaron en conjunto con los habitantes o usuarios de Tlatelolco, éstos sí se plantearon como sus receptores.
La muestra visibiliza el marco conceptual y el proceso formativo de los participantes del diplomado así como la toma de responsabilidad, o de la irresponsabilidad con la que incluso puede tomarse, la presunción del consenso como el espacio común. En la convergencia de las divergencias, como premisa y punto de partida, están las posibilidades de construcción de lo público del espacio.
Gabriela Camacho


[1] En el sentido que le otorga Heidegger en su texto Construir, Habitar, Pensar (1951) que conlleva el significado del modo de ser del hombre en la tierra.
[2] Construir no en el sentido arquitectónico sino del espacio público el cual no es necesariamente físico y se desarrolla en constante flujo y donde confluyen una serie de negociaciones que tienen que ver con lo político, social, cultural, ambiental, entre otros.



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